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Al hablar de labores de cosecha de caña de azúcar en los últimos 60 años en Venezuela, es ineludible mencionar la importancia de las jaibas como maquinarias fundamentales para realizar el trabajo de alce y carga de la materia prima en los camiones que la movilizan a los centrales azucareros para el procesamiento y transformación. 

Las jaibas han sido unas máquinas muy nobles y son el símbolo de una era productiva de la caña de azúcar, donde tuvieron un papel protagónico que hoy está siendo desplazado, para ser ocupado por las máquinas de la era automatizada y digital. Aunque hay zonas productivas de Venezuela donde ya las jaibas no se ven, en la zona sur de Portuguesa, específicamente en los municipios Guanare y Papelón aún estas máquinas siguen realizando las labores de forma significativa, aportando a la dinámica productiva de los pequeños y medianos cañicultores. 

En esta zona altamente productiva de caña de azúcar del estado Portuguesa, hay un número aproximado de 40 jaibas operativas, en su mayoría de las marcas Thomson y Cameco con un aproximado de 40 a 50 años de uso. Estas máquinas pertenecen a núcleos manuales de cosecha que arriman a los centrales azucareros Molipasa y Batalla de Araure.  

Características 

El señor Juan Torres, cañicultor y nuclero del municipio Guanare, explicó que las jaibas son una especie de tractor, que lleva en la parte superior un brazo mecánico giratorio de unos 4 metros de largo con unos dedos metálicos de enganche en el extremo superior, mientras que en la parte baja entre las dos ruedas delanteras tienen un patín metálico que sirve para arrastrar y acumular la caña en el piso, de modo que pueda ser recogida con el brazo mecánico. 

“Hay jaibas originales con todos sus componentes marca Cameco o todo Thomson, pero también en los años 60 llegaron algunas jaibas que tenían como base un tractor marca Fordson ó Ford 5000, con un brazo adaptado. Yo conocí  también jaibas de oruga marca Allis-Chalmers, que no tenían cauchos” explicó Torres. 

Respecto al desempeño en campo, Torres quien fue “jaibero” desde muy joven en el estado Trujillo y a los 19 años trabajó en la primera zafra comercial del Central Azucarero Portuguesa, una Jaiba puede recoger una hectárea de caña en una hora. “Si la caña es de 40 toneladas por hectárea la recoge en media hora. Pero hay cañas de 80 y 100 toneladas que las recoge en una hora ó un poco más de una hora” detalló. 

Mantenimiento 

Para quienes tienen jaibas no es complicado su mantenimiento, sostiene Torres. Explica que las reparaciones más comunes son para las bombas hidráulicas, los motores, y los gatos hidráulicos a los que se le hacen las bocinas. Los repuestos que no consiguen se hacen en el torno. 

Bajo volumen de trabajo 

Según el testimonio de Torres, a las jaibas los Centrales Azucareros en la zona del Sistema de Riego Río Guanare cada vez le asignan menos cupos de arrime diario. Indicó, que anteriormente una Jaiba recogía entre 400 y 500 toneladas de caña en 14 ó 26 horas al día, pero en la actualidad son 100 ó 200 toneladas que se le asignan para recoger, es decir, el volumen de trabajo se ha reducido en más del 50% porque ese porcentaje lo cubren con cortadoras automáticas. 

Esta realidad a decir de Torres, ha hecho cuesta arriba la sostenibilidad de los núcleos manuales de la zona, ya que el pago diario por 100 toneladas no es suficiente para el costo operativo que implica un operador, un remesero, dos repicadores, un mecánico y un ayudante.

Si bien en los años 60 las jaibas representaron un importante salto tecnológico para fortalecer el enlace entre el campo y la agroindustria azucarera, porque permitieron el salto del trabajo de alce manual a la dinámica de alce mecanizado, hoy en día las jaibas han caído en la obsolescencia y están siendo desplazadas por las cosechadoras automatizadas que realizan el corte y el alce de forma rápida y eficiente, respondiendo a las nuevas tendencias ecológicas para el manejo del cultivo de la caña de azúcar.

Redacción: Daniel España CNP: 11.448

13/03/2025